Anillo Sello Angelico Arcangel Gabriel 1.8 Cm Plata Art 37

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Arcangel

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ANILLO ARCÁNGEL GABRIEL EN PLATA

MIDE DE FRENTE 1,8 CM.

PESO APROX 12 GR

Él es el Mensajero Divino: anunció el nacimiento de Jesús y de Juan El Bautista y entregó el Corán a Mahoma. Pero no es solo un ángel mensajero pues fue quien Dios envió para explicarle al profeta Daniel el significado de sus visiones, por lo cual Gabriel es también un ángel asociado a la clarividencia; y a la muerte, pues acompaña a las almas de los fallecidos según el misticismo judío…
Él es el Mensajero Divino: el que anunció el nacimiento de Jesucristo y de Juan El Bautista, el que fue enviado por Dios para explicarle al profeta Daniel el significado de sus visiones y el que dictó el Corán a Mahoma. Su nombre (“Gebher” en el original hebreo) ha sido interpretado de formas variadas pero semejantes en sentido: “Fortaleza de Dios”, “Dios es mi fuerza”, “Hombre de Dios”, “Héroe de Dios”; o, en el caso de su nombre islámico “Djibril”, como “El Espíritu Fiel”. Varios son también los títulos que se le han dado para expresar sus funciones y los atributos que forman su esencia: Ángel de la Anunciación, Ángel de la Revelación, Ángel de la Verdad, Ángel de la Pureza, Ángel de la Encarnación, Ángel de la Resurrección, Ángel del Gozo, Portador de Buenas Nuevas, Ángel del Consuelo, Ángel de la Misericordia[1]
En la tradición judía existe la creencia de que Gabriel se sienta a la izquierda de Dios y es gobernador del Edén; dentro de la angeología actual, hay quienes sostienen que es jefe de los Ángeles de la Guarda y, ya en un marco de consenso general, que es también él quien dirige a los Ángeles de la Pureza, papel éste originado en la asociación que se ha hecho de él con la Virgen María.
Muchos expertos en el tema de los ángeles han planteado que, en virtud de su rol de Mensajero Divino, Gabriel es el arcángel más cercano a la Humanidad, por lo cual se le ha llamado “Embajador Jefe ante la Humanidad”. Ligado igualmente a su papel de comunicador, se ha planteado que Gabriel es el responsable de cierto tipo de gestión en las relaciones humanos/ángeles, humanos/Naturaleza y humanos/humanos.

Dentro del esoterismo moderno, se considera a Gabriel como el arcángel de las emociones[2], la fecundidad, la creatividad y las artes, además de cómo el ángel de la pureza, el nacimiento, la resurrección, las revelaciones y todos los otros papeles que se le han atribuido en el marco del cristianismo.
Inherente a todo lo anterior es el hecho de que, la ayuda espiritual que Gabriel puede brindar a los seres humanos, reside principalmente en el poder que tiene para conducirlos hacia un camino de purificación en el que los sentimientos y las emociones puras van creciendo cada vez más en compañía de los pensamientos elevados, encaminando así al alma individual hacia la bondad y el amor de El Creador, de modo que, en el transitar por dicho sendero, los vicios, el odio, los hábitos mundanos y todo ese tipo de cosas van quedando atrás, no ya en virtud de un proceso de represión sino en virtud de un proceso en el que la inspiración espiritual ha ido haciendo que las tendencias de la luz vayan progresivamente reemplazando a las tendencias de la oscuridad, todo a modo de una alquimia energética de ascensión espiritual en la cual la labor del arcángel Gabriel ha seguido una dinámica intrínsecamente asociada a incrementar —recuperando en los casos en que se ha perdido— la inocencia[3], la pureza y la alegría propia de aquellos primeros años de vida.
Cerrando ya este perfil introductorio, cabe mostrar cómo la importancia del arcángel Gabriel se ha visto plasmada en la multitud de textos religiosos[4] dentro de los cuales aparece, textos de los cuales los siguientes son solo algunos:
Daniel 8:16; 9:21
Lucas 1:19; 1:26 3
Baruch 4:7 1
Enoch 9:1; 10:9; 20:7; 40:9; 54:6; 71:8-9,13 2
Enoch 21:3,5; 24:1; 71:11 (28 Recension A); 72:1,3,8-9 (Recension A) 3 Enoch 14:4 (como Ángel del Fuego); 17:3
Apocalipsis de Ezra 2:1; 4:7; 6:2
Apocalipsis de Adan y Eva 40:2
Oráculos sibilinos 2:215; 8:455
Testamento de Salomón 18:6 (74 in Conybeare)
Visión de Ezra, verso 56
Apocalipsis de Elijah 5:5
Testamento de Jacob 5:13
Preguntas de Ezra (Recension B) verso 11
(Manuscritos de Nag Hammadi) Evangelio de los egipcios 52:23; 53:6; 57:7; 64:26
(Manuscritos de Nag Hammadi) Zostrianos 57:9; 58:22
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ALGUNAS APARICIONES IMPORTANTES
Según cierta historia, en 1862 dentro de Nueva Zelanda, el arcángel Gabriel visitó al profeta maorí Te Ua Haumene y le otorgó la fuerza necesaria para librarse de las cuerdas que lo sujetaban (lo habían atado). Según contó el profeta tiempo después de ser salvado, Gabriel, Miguel y “una innumerable hueste de espíritus ministradores” habían aparecido aquel día para rescatarlo.
Pero más llamativa aún resulta la aparición del arcángel Gabriel que William Blake, pintor y poeta del Romanticismo, anotó en su diario. Según cuenta, se le había encargado pintar un ángel y, en medio de las dificultades que estaba teniendo, Blake se preguntó: “¿Quién puede dibujar un ángel?”.
Fue entonces que una voz le respondió: “Miguel Ángel podía”. Asombrado, Blake miró a su alrededor pero no había absolutamente nadie. “¿Cómo lo sabes?” preguntó Blake tras recuperar la compostura. Respondió entonces aquella extraña voz: “Lo sé porque me senté para él. Yo soy el arcángel Gabriel”.
Blake no daba crédito a lo que oía, era una respuesta demasiado desconcertante; no obstante y siendo como era un hombre de aguda inteligencia, el pintor rápidamente intuyó la posibilidad de que un espíritu maligno o burlón se estuviese haciendo pasar por el arcángel. Escéptico, Blake pidió a la voz que diese alguna muestra de que en efecto era un ser divino. “¿Puede un espíritu maligno hacer esto?”, contestó la voz a la par que, de la nada, aparecieron dos grandes alas de hermosa luz…eran las alas de una presencia angelical.
Cuenta Blake que luego la figura angelical empezó a crecer y siguió creciendo hasta que el techo del estudio se abrió (sin que le pasara nada a Blake) y entonces el lumínico ser llegó hasta el cielo.
Blake no dejó muchos detalles sobre la figura en su diario, o simplemente no pudo ya que la naturaleza de lo sucedido daba cuenta de un ser cuyas formas eran difíciles de precisar. Sin embargo no le quedó duda alguna que, por la gloria y todo lo demás que ese ser transmitía, debía tratarse definitivamente del arcángel Gabriel.
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EL ARCÁNGEL GABRIEL EN EL JUDAÍSMO
En la tradición judía, se dice que Gabriel está a cargo del tesoro celestial.
En el Libro de Enoc, este arcángel es presentado como uno de los cuatro espíritus que están a los cuatro lados del trono de Dios, estando Miguel a la derecha y Gabriel a la izquierda de Dios, quien está en el centro. Otra cosa que ilustra su importancia es que, de entre los tres ángeles que se le aparecieron a Abraham, Gabriel era presentado como el segundo más importante, ya que Miguel estaba en el centro, Rafael a la izquierda de Miguel y él a su derecha.
Para la tradición judía, el arcángel Gabriel es un gran políglota ya que fue él quien, en una sola noche, le enseñó a José las setenta lenguas que supuestamente se hablaban en la Torre de Babel, logrando así que José, de ser un simple esclavo, pasara a ser enormemente importante ante los ojos del Faraón.
Además de políglota, Gabriel también es presentado como una especie de clarividente, ya que es él quien explica al profeta Daniel sus visiones.
Se cree que Gabriel fue uno de los seres que mostró a José el camino, y que fue él quien previno a la Reina Vashti para que no apareciera desnuda frente al Rey Ahasverus y sus invitados.
Dicen que, junto a otros ángeles, Gabriel ayudó en el entierro de Moisés.
Algunas fuentes de la tradición judía plantean que será Gabriel quien toque el cuerno para despertar a los muertos durante el Día del Juicio. En el Talmud se dice que fue Gabriel quien destruyó a las huestes de Sennacherib, armado “con una hoz filuda, la que ha estado lista desde la creación.” Dentro de esa vinculación entre Gabriel y la muerte, está también el hecho de que Gabriel sea para el judaísmo el ángel de la muerte sobre los reyes y el ángel que llevó la destrucción a Sodoma y Gomorra
Pero Gabriel, más que estar vinculado a la muerte en sí, está vinculado al ciclo vida-muerte-renacimiento, siendo esta la otra razón (la primera fue que supuestamente él movió la piedra del sepulcro de Cristo) por la cual es el Ángel de la Resurrección. Así, dice el Zóhar II que, cuando alguien muere, Gabriel recibe su alma y la lleva a donde, en virtud de sus méritos y deméritos, merecerá morar. Pero no se piense que allí acaba todo; pues, aunque casi nadie lo sepa, en realidad el misticismo judío sí afirma la existencia de la reencarnación; por ejemplo, en el Zohar 186b dice: ‹‹Siempre que una persona fracasa en su propósito en este mundo, Dios, Bendito Sea, la arranca de raíz y la vuelve a plantar una y otra vez, repetidamente››. Es en este contexto escatológico que Gabriel aparece como el ángel que, una vez que el alma ha pasado el tiempo establecido en el lugar al que fue conducida por sus méritos y deméritos, la instruye espiritualmente para de ese modo prepararla para su próxima encarnación[5]. Le da así instrucciones durante los cinco últimos meses de los nueve que está en el vientre, todo a nivel puramente espiritual (pues aún no hay un cerebro para que el alma se manifieste mediante la mente) y haciéndole ver a ese ser que, cuando nazca, no debe olvidar que su esencia es la de ser un alma y que el destino que tenga dependerá fundamentalmente de los pensamientos que conciba. Durante los cuatro meses anteriores, también Gabriel ha estado instruyendo al alma, a la cual luego acompaña cuando ésta desciende a la Tierra y se encarna en el feto, donde seguirá siendo instruida.
Mas no todo lo que se cuenta sobre el son méritos; pues, en Yoma 79a del Talmud, se revela que Gabriel una vez fue castigado “por no obedecer una orden exactamente como le fue dada”. Debido a eso, por 21 días Gabriel fue reemplazado por Dobiel, el ángel guardián del Imperio Persa.
Finalmente, la Cábala pone a Gabriel como el ángel del amanecer, como el ángel que, durante el final de la madrugada, recibe una “chispa” de fuego divino, chispa que Gabriel difunde cuando los gallos cantan, los devotos se levantan a estudiar la Torá, y el poder de los demonios se derrumba pues, según la Cábala, estos solo tienen poder hasta que “el gallo canta”, lo cual se debe a que Dios, “los justos” y los seres de luz, desde la medianoche hasta el canto del gallo, se repliegan en el Paraíso a celebrar, dejando el mundo libre a las fuerzas de la Oscuridad.
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